Artículo: “Retos en la educación después de la pandemia” Publicado en Diario de Ibiza el 28 de mayo de 2020 Desde hace unos años la educación y las TICs van de la mano, de la misma manera que el crecimiento de los niños y de las niñas en su entorno familiar y social se produce en contacto permanente con estas tecnologías, ya desde muy temprana edad. ¿Pero realmente están las escuelas, universidades, profesores y profesoras, padres, madres, niños y niñas preparados para los retos de la educación del siglo XXI? La situación provocada por la pandemia del Covid-19 ha sacado a relucir las desigualdades que existen en nuestro entorno social y educativo en relación a la tecnologías de la información y la comunicación: la falta de material técnico y de preparación y formación complica las clases ‘online’ a las que de un día para otro se han visto abocados niños y niñas y jóvenes de todas las etapas educativas por culpa del confinamiento. La brecha digital es bastante más amplia de lo que muchos imaginaban, bien entrado el siglo XXI y a pesar de que el contacto con la tecnología o el acceso a Internet ya hace años que se había generalizado. Otra de las cuestiones que se han evidenciado a causa del confinamiento es que las escuelas no solo enseñan, sino que además es la herramienta para ayudar a quien más lo necesita: comedor, aulas de apoyo, terapias y un largo etcétera de servicios públicos a disposición de las familias que de repente hemos empezado a echar de menos. En cuanto al trabajo del profesorado, con rapidez han tenido que cambiar un sistema de explicaciones presenciales por fichas de trabajo que envían telemáticamente a su alumnado, apareciendo nuevos inconvenientes como el seguimiento del aprendizaje, del rendimiento, la evaluación y, sobre todo, las dificultades que han encontrado a la hora de transmitir todo aquello que va más allá de la enseñanza de una materia y que convierte en los docentes en esa figura crucial en nuestro desarrollo como personas y como sociedad. Y si antes del confinamiento ya conocíamos casos de poca implicación de muchas familias en el proceso educativo de sus hijos, ahora afloran situaciones también muy complicadas que tenemos que saber abordar. Ahora más que nunca, las familias tienen que ser un apoyo, en vez de una dificultad añadida. Por ejemplo, a aquellos que se toman la molestia de publicar a los cuatro vientos que quién les va a pagar los meses que han estado con sus hijos “haciendo de profesores”, yo les lanzo la siguiente pregunta: ¿Quién paga todos estos años a los profesores por hacer de padres y madres en muchas ocasiones? Recordemos que las escuelas y universidades están cerradas, pero no la educación ni la formación. El trabajo de familias, alumnado y profesorado en esta situación de máxima dificultad, de excepcional y totalmente inesperada es de alabar. No obstante, debemos asumir que a partir de ahora muchas cosas van a cambiar y que, especialmente en el ámbito de la educación, tenemos todavía por delante un largo camino que recorrer. Azahara Peña de la Fuente Secretaria General de las JSEi (Joventuts Socialistes d’Eivissa)