Artículo: “Más feminismo que nunca” Publicado en Diario de Ibiza el 8 de marzo de 2021. Hoy es el Día Internacional de la Mujer, fecha señalada en el calendario por las Naciones Unidas para recordarnos que la igualdad entre mujeres y hombres no es una realidad en ningún lugar del mundo: ni en los países en los que las leyes así lo recogen formalmente, ni mucho menos en aquellos donde el propio Estado y su sistema jurídico permiten y defienden abiertamente la discriminación. El 8 de marzo no es una celebración como tal, o no debería serlo, sino una llamada a nuestras conciencias, un aviso de carácter mundial sobre el hecho de que las mujeres no tienen libertad para decidir sobre sus vidas y sus cuerpos, sufren más la pobreza y la precariedad laboral que los hombres, son consideradas objetos con los que se puede comerciar y sufren violencias de todo tipo que arruinan sus proyectos de vida o que incluso las matan. La pandemia de la COVID-19 no ha hecho más que empeorar la situación. Las crisis de todo tipo se ceban con las personas más vulnerables. Así ha pasado y así está pasando desde que el coronavirus entró en nuestras vidas, como lo demuestran las tasas de paro, los números de los ERTES, los informes de los servicios sociales y todas las estadísticas o estudios sobre la sobrecarga que están suponiendo los trabajos de cuidados en momentos tan delicados para la salud de las personas. Las mujeres, proporcionalmente, siempre ocupan peor lugar en este tipo de clasificaciones. Todo ello no hace más que recordarnos la importancia de tener administraciones públicas fuertes, comprometidas con las políticas sociales y la necesidad de que las apliquen con perspectiva de género. Nos indica que el feminismo es más necesario que nunca. Lamentablemente, la derecha de este país ha trabajado de forma activa durante años para adelgazar lo público, con recortes en sanidad, en educación, en dependencia, en las propias administraciones donde deben tramitarse las ayudas y la atención a las personas y aún pagamos las consecuencias de todo ello. En materia de igualdad, tanto monta el partido que niega la violencia de género y la desigualdad estructural de mujeres y hombres, como sus socios cómplices que no son capaces de trazar una línea roja para señalar que las políticas feministas no se tocan, que el goteo anual de mujeres asesinadas en este país es intolerable, que la brecha salarial, el techo de cristal, el comercio de mujeres, la cosificación de los cuerpos femeninos, los estereotipos, el acoso, nos concierne a todas y a todos y nos obliga a trabajar cada día por su erradicación. El Partido Popular y sus compañeros de viaje se niegan a admitir abiertamente que sufrimos una sociedad machista, con reglas de funcionamiento machistas, y que si quieren estar del lado de las mujeres, más allá de los manifiestos o la presencia tímida en manifestaciones, deben empezar a utilizar la palabra feminismo y a actuar en consecuencia. Lo personal es político, nos enseñó Kate Millet hace ya décadas. Lo sigue siendo. Los gobiernos priorizan, presupuestan, regulan. La legislación española en materia de igualdad, toda ella con sello socialista, es referente en el mundo pero queda aún mucho por hacer. No esperamos mucho de un PP más acostumbrado a recurrir al Constitucional que a afrontar de cara un problema con el que no tiene ganas ni sensibilidad para lidiar. En el momento crucial que vive el feminismo en nuestro país, a las y los socialistas nos pilla preparados para dar la batalla. Hay mucho por ganar. Milena Herrera, secretaria de Igualdad de la FSE-PSOE