Sant Josep ha atendido a 22 personas en el albergue de emergencia durante la Covid-19 El albergue de emergencia habilitado por el Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia en el Polideportivo Municipal de Can Guerxo ha cerrado sus puertas después de más de un mes y medio de actividad, habiendo atendido un total de 22 personas, hecho que ha obligado a doblar la capacidad de alojamiento inicialmente prevista de 10 plazas. Esto ha sido así debido también a la necesidad de proporcionar camas a personas de otros municipios de la isla, no solo de Sant Josep. «Cerrar el albergue no quiere decir que las personas que han pasado ahora queden desatendidas. De hecho es todo lo contrario porque tenemos varios casos donde la experiencia del confinamiento les ha animado a normalizar su situación con el apoyo de los servicios sociales, que seguirá trabajando con ellos y ellas», ha dicho la teniente de alcalde de Bienestar Social, Ana Ribas. A pesar de que la posibilidad de abrirlo se había previsto desde el decreto del estado de alerta, el refugio provisional se abrió el pasado 24 de abril, cuando se detectó que había demanda, como resultado del trabajo de prospección de las necesidades de la población que ha hecho el departamento de Servicios Sociales durante este periodo excepcional. Aquella primera noche pernoctaron tres personas. Con este equipamiento se quería poner a disposición de las personas sin hogar un lugar donde pasar el confinamiento, que se tenían que comprometer a respetar mientras duraran las restricciones a la movilidad decretadas por el Gobierno central. En su estancia voluntaria en el refugio, se ha facilitado a todos los usuarios tres comidas al día y han podido disponer de duchas, un espacio propio para sus pertenencias, lo necesario para sus mascotas, además de recursos para entretener los ratos con vigilancia las 24 horas dentro del espacio de pernocta. Este recurso de emergencia también ha servido para poner en contacto a estas personas con los recursos asistenciales normalizados, que les pueden permitir salir de su situación. Así, y también se ha contado con un trabajador social y dos educadores sociales que han hecho un trabajo individualizado con cada caso. Fruto de esta tarea, se ha reorientado los usuarios que hasta ahora se acogían en Can Guerxo hacia el recurso más adecuado a su situación. Así, se han tramitado ayudas de alojamiento para siete personas y dos rentas sociales. El resto o bien cobraban ya algún tipo de ayuda (como la prestación de paro) o no cumplían los requisitos para optar a esta renta básica. También se ha abonado a uno de los usuarios un billete para viajar a Palma, donde le han hecho una oferta de trabajo. La atención al resto de personas alojadas se ha coordinado con los servicios sociales de su municipio (Ibiza, Sant Antoni y Sant Joan). «El hecho de tener que seguir una rutina, compartir tiempo con otras personas y tener que cumplir el confinamiento sin salir del recinto deportivo ha tenido un efecto muy positivo para algunas de las personas en situación de riesgo de exclusión que han pasado por Can Guerxo, que se han redescubierto a ellas mismas y ahora están convencidas que pueden afrontar su reinserción. Esto hace que desde el Ayuntamiento podamos presentar un balance muy positivo de este servicio en muchos sentidos», ha añadido Ribas. La teniente de alcalde ha agradecido la colaboración del Grupo de Empresas Alonso Marí, que ha aportado tanto el mobiliario como la ropa de cama para las 20 plazas del refugio.