Vivimos tiempos complejos que, sin duda, están afectando muchísimo a nuestra economía turística. Tras un desastroso 2020, nuestro turismo intenta alcanzar una actividad más habitual este 2021, que sigue mostrándose lleno de dificultades, a pesar de conseguir una recuperación evidente. Pero la pregunta clave es si “el turismo que viene” ha de seguir el sendero de los últimos años, o debe cambiar el enfoque hacia la tan nombrada “sostenibilidad”. ¿Esta pandemia y su crisis nos habrá dejado alguna enseñanza sobre el futuro de nuestra industria turística? Creo que debería hacerlo.
¿Vamos a seguir valorando las temporadas turísticas por los millones de turistas y de estancias al año? ¿Necesitamos además que estos indicadores deban crecer año tras año para sentirnos satisfechos? ¿Por qué algunos le llaman “sostenibilidad” cuando quieren decir “rentabilidad”?
Cambiar la mirada
Hoy deberíamos ir asimilando que no será la cantidad, la rentabilidad a corto plazo gracias al volumen de pernoctaciones, lo que marcará el éxito de nuestras temporadas futuras, sino la competitividad a medio plazo ligada a una calidad de la oferta y del servicio, y a una triple sostenibilidad, esta vez sí, medioambiental, económica y social. Y para Calvià y Baleares en general, el éxito se situará también en el mejor reparto de este volumen de turismo a lo largo de más meses, evitando temporadas altas muy intensivas y meses del año sin apenas actividad.
La pandemia ha acelerado el cambio, y hablar de calidad no irá ligado a las estrellas del alojamiento, sino a la respuesta satisfactoria de las expectativas de bienestar de quien nos visita. Llega un turismo de menos touroperación y paquete vacacional clásico y de más reserva directa y diseño personalizado que responda a un sueño, a la imagen de felicidad y bienestar que cada uno haya construido en su mente para su descanso. El éxito no podrá depender sólo de alcanzar ocupaciones casi absolutas, sino de la satisfacción de un cliente que ha encontrado el bienestar que buscaba, y se fideliza, y se convierte en la mejor promoción con sus comentarios en redes sociales. “¿Qué ponen los comentarios de tripadvisor?” Pues eso.
Vienen tiempos de menos “turismo de masas” y más turismo de experiencias, incluida la de sol y playa, por supuesto. Pero menos volumen, para mayor seguridad y disfrute, y menos producto estándar y más experiencias originales y autóctonas. ¿Puede un destino diferenciarse desde la globalización de entornos con las mismos comercios y las mismas cadenas de cafeterías y restaurantes? ¿O el éxito vendrá desde la singularidad de lo propio, lo autóctono, lo original? Creo que debemos ofrecernos desde nuestro paisaje y entornos naturales: playas, calas, interior y montañas, pero también desde nuestra manera de ser y vivir, nuestra cultura, tradición y gastronomía. Ser auténticos para ser distintos. En definitiva, lugares que ofrezcan la experiencia que el turista busca y que le ha de colmar la expectativa que le movió a viajar aquí.
Cohesión y protección
Suelo decir que el turismo del futuro será aquél que sea capaz de devolver al entorno lo que el entorno le ofrece. Y eso implica un retorno social en creación de empleo digno, en una apuesta por la proximidad de los suministros, para generar así la actividad en el territorio que acoge a la industria y con ello, repartir los beneficios que produce. Si no genera cohesión social en su entorno, la actividad turística tendrá un futuro limitado, pues expulsará a los residentes de sus zonas y éstas se irán degradando. No cabe pues hablar de recuperación sin que el empleo se recupere, ni de ofrecer calidad sin que la genere en las condiciones de vida de sus trabajadores, quienes por supuesto, deben encontrar una vivienda digna.
Y proteger el entorno natural es sin duda la clave de bóveda de nuestro futuro, y nuestra responsabilidad generacional. Reducir el consumo de recursos naturales y producir menos residuos no es ya un objetivo, es una obligación, como lo es actuar de forma urgente para paliar los efectos del cambio climático. Y la industria turística ha de mostrarse decidida e inflexible. En ella va su supervivencia. Pero es que además, el turismo que viene lo tendrá como un valor añadido básico para elegir su viaje, porque ¿irían ustedes a disfrutar de un destino que no cuida ni protege el tesoro que pretenden disfrutar? Pues esa pregunta, afortunadamente, ya se la hacen millones de futuros turistas, los turistas que vendrán.