Todo, de forma integral, nos hace replantear quién queremos ser después de la crisis del Covid -19, si queremos anclarnos en el miedo, si queremos aprender o si, de manera decidida, queremos dar un paso definitivo y crecer frente a la adversidad
En estos momentos en los que parece que el mundo se haya detenido, recuerdo aquella imagen icónica de Quino de los años 60, donde Mafalda exclamaba “¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”
Y es que en estos días el mundo nos ha parado a todos sin excepción. Son días de reflexión, de estar en familia y de funcionar como comunidad, no como individuo, para hacer frente y ganar la batalla al Covid-19.
Son días de reflexión, de estar en familia y de funcionar como comunidad, no como individuo, para hacer frente y ganar la batalla al Covid-19
Son muchas las medidas sociales que están tomando las diferentes administraciones. Algunas suponen un sacrificio enorme, pero todas persiguen el objetivo de ayudarnos a salir de esta situación lo más pronto posible. Sin embargo, hay un colectivo especialmente vulnerable: el de las personas mayores que se sienten solas. En España hay 2 millones de personas que viven soledad y, si hablamos de personas mayores, observamos que hay una mayor prevalencia.
En España hay 2 millones de personas que viven soledad y, si hablamos de personas mayores, observamos que hay una mayor prevalencia
Para ello, y con la finalidad de que nadie se quede al margen o en soledad, el Govern de les Illes Balears ha tomado medidas como disponer de 3000 terminales de teleasistencia, aumentar las plantillas de profesionales para contactar y hacer un mayor seguimiento de 9.000 personas dependientes, entre otras muchas.
Por otra parte los consells insulars han puesto a disposición una batería de recursos para hacer frente a la emergencia social.
También los ayuntamientos han reestructurado de manera rápida los servicios para atender en casa a nuestras personas mayores.
Y también por parte del conjunto de la ciudadanía, que en estos días está al pie del cañón con diferentes iniciativas, como estar a disposición de aquel vecino o vecina mayor que sabemos que está en soledad, de hacer una simple llamada que les dé aliento y los anime a pasar un mejor día o de ofrecerse para hacer la compra. O si somos familiares, aquella videollamada que hace que nos aseguremos de que todo está bien. Gestos que demuestran nuestra sensibilidad y que nos hacen mejores personas, mejor humanidad.
Y el conjunto de la ciudadanía, que en estos días esta al pie del cañón con diferentes iniciativas para estar a disposición de aquel vecino o vecina mayor que sabemos que esta en soledad
No quisiera finalizar sin hacer una mención especial a la gran labor de los trabajadores sociosanitarios de las Illes Balears, que se están dejando la piel en estos días y a los que nunca habrá reconocimiento y aplausos suficientes para agradecérselo. Siempre desde la perspectiva, visión y sentimiento de grandes profesionales. Infinitas gracias.
No quisiera finalizar sin hacer una mención especial a la gran labor de los trabajadores sociosanitarios de les Illes Balears, que se están dejando la piel
Todo, de forma integral, nos hace replantear quién queremos ser después de la crisis del Covid -19, si queremos anclarnos en el miedo, si queremos aprender o si, de manera decidida, queremos dar un paso definitivo y crecer frente a la adversidad.
Para que cuando todo esto pase y el mundo vuelva a la normalidad, en esta imagen donde aparece el globo terráqueo, Mafalda quiera subir a un mundo más justo, más solidario y mejor.
Beatriu Gamundí
Diputada del Grup Parlamentari Socialista
Secretària de Serveis Socials del PSIB-PSOE